En un deporte en el que la seguridad es fundamental, si no fuera por ellos, el circo de la Fórmula Uno pegaría una frenada.
«No me gusta la palabra héroes,» le dijo a CNN Pete Berry, el hombre encargado de los oficiales de pista del circuito en el Gran Premio Británico este fin de semana.
«Pero cuando los oficiales de pista donan su tiempo para hacer que las carreras de automóviles sean exitosas, para asegurarse de que sea seguro para los pilotos, lo último que tienen en mente es si pueden resultar heridos, o si no regresarán a casa».
El rol de estos voluntarios, hombres y mujeres, ha estado bajo la lupa debido a la reciente muerte del oficial de pista Mark Robinson, quien falleció después de caer debajo de una grúa en la última carrera en Canadá.
Ser oficial de pista es un pasatiempo peligroso y, entre la comunidad mundial, todo está en carne viva después de la tragedia de Montreal.
«Que uno de los nuestros esté envuelto en un accidente mortal es verdaderamente impresionante,» explicó Berry, quien ha estado en servicio en todas las vueltas británicas del campeonato mundial de F1 desde 1981.
«Cualquier incidente como ese, en cualquier parte del mundo, es algo que me afecta personalmente».
«En la primera reunión de carrera que se llevó a cabo en el circuito Silverstone la semana después de Canadá, muchos de los oficiales entraron y quisieron hacer algo como muestra de respeto».
«Hicimos un minuto de silencio al costado de la pista como muestra de unidad en memoria de nuestro colega. Nos afectó mucho a todos».
Habrá cerca de 1200 oficiales de pista voluntarios, hombres y mujeres, en Silverstone, el legendario circuito en el corazón de Inglaterra, sede del Gran Premio Británico y lugar en donde se realizó, por primera vez en la historia, la carrera por el campeonato del mundo de la F1 en 1950.
A pesar de las repercusiones del accidente en Canadá, Berry dice que las tareas de los oficiales de pista serán las habituales, al mismo tiempo que se asegurarán de que los autos más veloces del mundo y sus pilotos corran de manera segura.
Berry dijo: «No creo que vayamos a cambiar algo en cuanto a procedimientos. Tendremos un cuidado adicional, pero, en definitiva, lo que hacemos es peligroso».
«Los pilotos de carrera entienden las consecuencias de lo que hacen, al igual que los oficiales de pista».
Por supuesto, hay una diferencia obvia entre aquellos que están en la cabina y aquellos que flamean banderas para comunicarles mensajes a los pilotos, que trabajan en el zumbido de las líneas de boxes o esperan al costado de la pista a que haya un momento para poder cruzar para retirar restos peligrosos del circuito: el dinero.
Mientras que el piloto de Mercedes, Lewis Hamilton, es el que mayor dinero recauda de la F1, supuestamente, cobra un salario anual de $31 millones, y Fernando Alonso de Ferrari se lleva a casa $26 millones, los oficiales de pista no cobran por el trabajo que hacen.
Si algo sucede, sucede muy pero muy rápido. Una vez que se sale de detrás de las barreras, la adrenalina comienza a bombear en todo el cuerpo.
Ni siquiera reciben viáticos por los gastos incurridos en un fin de semana lejos de casa. En cambio, los organizadores de la carrera británica les regalan un pase gratis, una gorra de béisbol conmemorativa, camping gratuito en el lugar y un vale para almorzar.
Los oficiales de pista, muchos de ellos recién salidos de sus trabajos diarios, llegan a «trabajar» al GP Británico a las 6:00 a. m. y están en servicio por las siguientes 13 horas.
A pesar del tiempo y de los gastos, sin mencionar el peligro, Berry argumenta que si los oficiales de pista fueran pagos, su sentido de responsabilidad sería menor.
«No hay lugar para la gente que viene por el dinero o que no le importa nada», explicó.
«Cuando alguien salta las barreras, está en peligro, y uno quiere gente que se protege mutuamente, que comprende el trabajo y que no le tiene miedo al equipo».
«Las personas que vienen por el dinero no serán las personas a las que se le podrá confiar la vida».
Ser oficial de pista probablemente no sea para todos, pero para los que trabajan en Gran Bretaña, y en los otros 18 grandes premios en todo el mundo esta temporada, las recompensas son mayores que los costos.
«Estás muy cerca del deporte, esa es una de las cosas que más me gusta», explica Peter Greenlagh, de pie, sereno ante la briza británica en las famosas curvas del Maggots and Becketts en Silverstone.
«No solo se está cerca de los autos, se es partícipe y uno se asegura de que los pilotos continúen de manera segura».
Si algo sucede, sucede muy pero muy rápido, en, aproximadamente, 258 kph. Una vez que se sale de detrás de las barreras, la adrenalina comienza a bombear en todo el cuerpo.
«Sí que se piensa: “Este es un deporte peligroso. ¡Estoy un poco loco!”»
«Pero hay mucha camaradería, nos divertimos mucho juntos y ¡todos somos pilotos “expertos”, por supuesto!»
Muchos de lo que prueban ser oficial de pista por un día y eligen hacer la capacitación necesaria, rápidamente, se dan cuenta de que están para quedarse.
Bob Tripkovic es voluntario desde 1967 y cuando se trata de ver a las generaciones de pilotos F1 escalar en las categorías, ha tenido el privilegio de tener los mejores lugares: el vehículo de recuperación permanente de Silverstone.
«Todos los nombres importantes terminaron en la parte de atrás del cambió», recuerda Tripkovic. «Los Sennas, Ayrton y Bruno, Alain Prost y Nigel Mansell. Traje a nietos de pilotos que sufrieron averías en la década de los sesenta».
«Conocemos a los pilotos en el peor momento (cuando chocaron), pero algunos de ellos igual son muy amables».
«Hace años y años y años que hago este trabajo de manera voluntaria. Tengo este asiento desde hace mucho tiempo, estimo que algunos de los otros oficiales están esperando que me jubile».
Cuando el campeonato mundial de la F1 comenzó, los oficiales de pista vinieron de las categorías de diferentes clubs de carreras. No tenían el dinero para afrontar la carrera en grandes premios así que decidieron formar parte de las carreras como oficiales de pista.
En la actualidad, los oficiales de pista vienen a las pistas de carrera de todo el mundo de todas las condiciones sociales, y sin ellos, que donan su tiempo, independientemente de los costos, las ruedas de la Fórmula Uno, simplemente, no seguirían girando.
Traducción del artículo de CNN The world's most dangerous hobby? The silent heroes of the F1 circus
Traducido por TWOWAYS. Muchas gracias!
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