
La recomendación de Pirelli ha pasado a ser norma esta mañana, cuando los equipos han recibido una carta firmada por Charlie Whiting en la que se les advertía de que rebasar los 3,25 grados recomendados podría ser motivo de exclusión.
En este caso la FIA en lugar de exigir a Pirelli unos neumáticos acordes con las prestaciones, las temepraturas y los circuitos se mete directamente con los reglajes de los coches. Si mal no recuerdo es la primera vez en la historia que un proveedor de neumáticos tiene potestad para influir en los reglajes de los coches.
El camber será revisado por los comisarios después de la sesión calificativa del sábado y en caso de no estar de acuerdo con los valores recomendados serán directamente excluidos de la carrera.
"Después de haber mantenido conversaciones con todos los equipos el jueves puedo confirmar que comprobaremos el ángulo de caída de los neumáticos con tal de asegurarnos que las recomendaciones de Pirelli sean cumplidas", escribió Charlie Whitting. "Cualquier coche que no respete estas recomendaciones será llevado ante los comisarios, acusado de quebrantar el artículo 2.3 del Reglamento Técnico de la F1".

"Si deseáis desmontar cualquier componente de las suspensiones durante el régimen de parque cerrado deberéis pedir permiso a Jo Bauer a través de un sobre que deberá ser entregado antes del inicio de la sesión".
La firma italiana Pirelli tomó sus precauciones y la FIA les puso un coeficiente de seguridad. Hace unas semanas realizó en Monza un tests específico con un viejo Toyota y Luca di Grassi como piloto. Tras el mismo se habló de aconsejar un camber de 3,75º, que al final se ha visto limitado a 3,25º.
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