"En la F1, todo el mundo hace trampas". Es sólo una de las perlas de Bernie Ecclestone. Este miércoles se pone a la venta en España "El hombre que inventó la Fórmula 1". La historia secreta de Bernie Ecclestone', de Tom Bower (Editorial Urano). Es fruto de varios años de investigación. En ella colaboró el propio magnate del Gran Circo. Por ello, al principio iba a ser una biografía autorizada, pero acabó no siéndolo después de que el inglés se enterara de que se iban a revelar partes de su vida privada, como su tormentoso matrimonio con Slavica y sus vejaciones.
En la obra también se incluyen testimonios de personajes claves de la F1 como Montezemolo, Briatore, Dennis, Todt, Lauda, etc. Toda una historia de intrigas por el poder y visión por los negocios que comenzó ya en sus tiempos de la escuela cuando el 'Canijo', como le llamaban, revendía los bollos que había comprado camino del colegio.
El libro desvela sus tácticas de negociación forjadas en sus primeros empleos como vendedor de coches usados. Algunas son la aparente falta de interés, el secretismo o dejar que el otro realice la primera oferta. Se detallan numerosas curiosidades como que es casi ciego del ojo derecho de toda la vida, que a su caravana en el 'paddoc' la llaman el Kremlin, que nunca ve el final de las carreras, que nunca ha leído un libro, sólo le gustan las películas de James Bond o de acción o su sintonía en el móvil siempre ha sido la música de 'El bueno, el feo y el malo'.
Es el recorrido de un niño humilde criado en los suburbios de Londres en un ambiente austero y férreo hasta convertirse en el más rico de Gran Bretaña con una fortuna de 4.000 millones de dólares en efectivo. Su padre sólo le dio un consejo: 'No despilfarres, pero compra siempre lo mejor que te puedas permitir'.
Bernie hasta llegó a ser piloto. Primero de motos y, tras varios accidentes, luego de monoplazas. Pero lo suyo eran los negocios. Se estudiaba los periódicos y compraba motos que luego revendía. Empezó en un cobertizo. Luego compró un concesionario y fue creciendo hacia los coches.
Sobre su vida personal, se relatan anécdotas que subrayan su obsesión por el trabajo y su odio a las celebraciones y fiestas. Así en la primera de sus tres bodas, tras firmar en el registro, la funcionaria le dijo: '¿No se olvida usted de nada?'. 'No, ¿de qué?', contestó. 'De su esposa'. O de cómo conoció a Slavica, modelo 30 años más joven que él y 30 centímetros más alta. "Nada de chicas en boxes. Fuera", la gritó en Monza. "Como se te ocurra acercarte, te vas a llevar una patada", le respondió y encandiló con su fuerte y rebelde carácter.
Revolucionó las carreras
Su entrada en los negocios de las carreras comenzó como agente comercial de un amigo piloto en 1958, Stuart Lewis-Evans. Pero éste se mató y optó por centrarse en vender coches. Regresó en 1965 como asesor de otro piloto, Rindt. Aunque éste se mató y ganó el título de forma póstuma, Ecclestone siguió y prometió no ser nunca más muy amigo de un piloto. Compró la escudería Brabham en 1971 y pronto se dio cuenta de que, para asegurar su negocio, debía trasformar la competición. Se las ingenió para ser el representante de los equipos, cobrando un porcentaje, y así fue subiendo en una espiral de negociaciones, intrigas y relaciones de amor-odio con gente como Mosley, Balestre, Enzo Ferrari, Ken Tyrrell o Frank Williams.
Así hasta asegurarse de ser el dueño de la Fórmula 1 y el único capaz de negociar a la vez con 19 circuitos, 12 equipos, la FIA y 120 televisiones del mundo.
Via Marca.com
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