Los sistemas eléctricos y de software de todos los coches de Fórmula 1 tienen que ser inspeccionados por la FIA al comienzo de la temporada, y los equipos deben notificar cualquier tipo de cambio que se produzca en los mismos. Todos los equipos tienen que utilizar la misma Unidad de Control Electrónica homologada por la FIA (ECU) para controlar el motor y la caja de cambios.
Todo el software debe estar registrado por la FIA, quien se encarga de chequear todos los sistemas programados en los coches antes de cada carrera, para asegurar que las versiones de los software son las correctas, antes de que éstos sean usados. Los sistemas electrónicos capaces de detectar automáticamente la señal de salida de la carrera están terminantemente prohibidos.
Todos los coches deben tener un sistema de registro de datos de accidentes, una especie de caja negra. Éste estará conectado con una luz de advertencia médica colocada en la parte delantera del cockpit, con ello los equipos médicos tendrán un sistema inmediato para saber la gravedad del accidente.
En los cockpit, cada coche debe tener una luz a modo de señal informativa, que indicará al piloto a cerca de las condiciones del circuito, mediante una secuencia de colores en rojo, azul y amarillo.
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