Era sabido que la polémica del fin de semana pasado traería consecuencias para Red Bull y que el reglamento tendría una nueva nota técnica aclaratoria de la situación.
En Hockenheim Jo Bauer, delegado técnico de la FIA, hacía saltar las alarmas cuando afirmó que los mapas motor de los monoplazas de Vettel y Webber limitan de un modo anormal y sospechoso el par motor del propulsor, con la intención de obtener algún beneficio.
Reuniones posteriores a la polémica nota y una lectura estricta de la normativa determinó que los coches eran legales, pero que claramente vulneraban el espíritu de la normativa.
Por ello, para evitar más problemas y que el resto de equipos haga lo mismo que Red Bull para el GP de Hungría la FIA ha limitado el uso del acelerador a su función principal, la de generar par motor. La Federación ha redactado una nueva directiva técnica por la que, con el acelerador a fondo, el motor demande el 100% del par disponible al régimen al que gire el motor en cada momento con una tolerancia de sólo un 2%.
Con esta maniobra se sospecha que Red Bull ha intentado conseguir más efecto de soplado en el escape a medio régimen quizás retrasando el encendido, lo que genera menos par del medido en esa zona del cuentarrevoluciones. En la F1, gran parte del mapa de motor va homologado, de ahí que sea fácil de monitorizar por parte de la FIA. El reglamento deja libre el avance por debajo de 6.000 revoluciones/minuto, permite un máximo rango de 20 grados entre 6.000 y 10.000 y 15 por encima de 10.000 revoluciones/minuto.
Con el encendido retrasado y quizás una mezcla pobre la gasolina inyectada explota ya, con la válvula de escape abierta, en los colectores, con lo que no genera par motor pero sí gases muy calientes que a través del escape se dirigen a la zona del difusor y, en consecuencia, generan carga aerodinámica (el famoso difusor soplado prohibido este año). Un efecto colateral de esta reducción de par motor es que el motor tiene menos fuerza a un régimen concreto y puede ayudar al piloto a modo de pseudo control de tracción.
Como siempre, el inventor de este tema el genial Adrian Newey, quien convenció a los comisarios de que su último ingenio no infringe la ley puesto que respeta los términos del reglamento si bien no su espíritu.
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